Como el viento pasa por mi piel
Así tu recuerdo acaricia mi memoria,
Una luz blanca y cristalina
Que ciega mis ojos
Reverdeciendo en mi deseo,
En mi esperanza
(No voy a escribirle a tu belleza
¿Para qué?
Si sabes bien que tú
Mi pequeña rosa blanca
Eres el lucero más brillante
Sobre el vaivén de las olas
Y la espuma del mar,
Ojala su sal cicatrice
Tus abundantes heridas,
Ojala y el trino de una gaviota
Endulce tus oídos de dulzura
Y recuestes el cielo sobre tus cabellos
Para que sientas los campos Elisios
Emerger de nuevo en tus manos)
Y así pasas, etérea,
Cual hoja de otoño que mece la brisa
De un sol templado
En las llagas de mi recuerdo,
(No voy a escribirle a tu belleza
¿Para qué?
Si reluces sobre cadenas de lirios
En los jardines de un Edén
Poblado con manantiales de luz)…
Carlos Medina Ibarra
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