El tiempo pasa
Y me vuelve frágil, etéreo,
Llevando el compas de mis pasos
Sobre la hierba milenaria
Por donde se posan mis recuerdos
Ansiosos de nostalgias,
Austeros de besos olvidados...
Y en medio del caos,
Del triste resplandor de mi fuego
Pienso en tus manos,
En tus ojos pintados de amaneceres,
En tus fragancias de rosas frescas
Y en los luceros que son esa par
De iris cristalinas
Posadas sobre tu verde pupila…
No, no me juzgues
Antes de escuchar la confesión
Que se cimbra en mi lengua…
Deja a mis palabras embelesar el agua
Que fluye en tu cuerpo,
Deja a mis versos
Refugiarse en el contorno de tus labios
Pronúncialos (suavemente)
Y entonces déjame acariciarte el alma
Sin siquiera tocarte…
Déjame ser tu respuesta
Si acaso te quedan dudas…
Carlos Medina Ibarra
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